domingo, 7 de febrero de 2016

La bandola en Terranova, el último disco de Jorge Giraldo.

Foto vía Internet 
En los últimos días Jorge Giraldo viene promocionando su más reciente producción discográfica llamada Terranova, trabajo que vincula varios lenguajes alrededor de un formato diferente ─no convencional como lo llaman algunos. En esta ocasión quiero hacer un análisis de este disco desde el trabajo que hace Jhon Edison Montenegro en la bandola y sus propuestas interpretativas.

La bandola y el formato.
En entradas anteriores a esta he mostrado la importancia que tiene para instrumentos como la bandola el diálogo que se establece cuando se vincula a otros formatos y como estos (los formatos) posibilitan otros desarrollos interpretativos. Algunos ejemplos de esto se dan en agrupaciones como Triptico, Colombita, Eduardo Bandola, entre otras, donde la bandola entra en conversación con instrumentos del rock y con percusiones de otras regiones del mundo. Desde el momento en que se pone a una bandola a tocar al lado de un bajo eléctrico o una batería, los recursos interpretativos de la bandola cambian. ¿Por qué? Lo explicaré más detenidamente desde lo que logra Jhon Edison Montenegro en el disco de Jorge Giraldo.




Terranova
El formato que tiene Terranova hace que la bandola comparta en muchas ocasiones la línea melódica con la trompeta. A diferencia de la trompeta, la bandola debe atacar (tocar) una a una las notas que deben sonar mientras que la trompeta con un flujo de aire continuo puede tocar varias notas a la vez. Para que la bandola suene con la misma intención que la trompeta, Jhon Edison logra un desarrollo en las frases que permite que la diferencia en los ataques no se note.  Escuchen por ejemplo Milonga bajo la lluvia  y lo notarán.

Cuando la bandola interactúa con otros instrumentos del formato, otros elementos interpretativos salen a la luz. En el tema El Hechicero la bandola comparte una línea melódica con el contrabajo; a diferencia de la trompeta, el contrabajo en estas frases ataca una a una las notas como lo hace la bandola; pero, por el registro, la bandola no tiene el peso que tiene el contrabajo en cada nota que da. Para nivelar  las intenciones de los dos instrumentos Jhon Edison ataca cada nota hacia abajo para que con el peso de cada plumada el sonido sea similar al que da el contrabajo. Un ataque muy parecido del que se utiliza en la bandola llanera o la bandola barítono que Jhon Edison ejecutó por algún tiempo en la Orquesta Colombiana de Bandolas unos tres años atrás.

A todo lo anterior se suma el trabajo de la bandola con la guitarra acústica con quien en ocasiones comparte notas del mismo registro; sin embargo, el que la bandola se toque con plectro o pick, y la guitarra con los dedos, hace que el empleo del plectro sea diferente. En ocasiones el ataque debe hacerse, desde la mano derecha que sostiene el plectro, en partes  más cercanas al diapasón (sul tasto).

A manera de conclusión.
Seguramente escuchando el disco algunos notarán otras exploraciones interpretativas, lo cierto es que mientras la bandola y otros instrumentos como el tiple sigan haciendo estas colaboraciones y sigan incursionando en otros formatos los aportes interpretativos serán muchos. Mi invitación es para que escuchen el disco completo en el siguiente dando click aquí,  y a al análisis anterior añadan un detenido ejercicio de escucha a los acordes, escalas modales, ornamentos y efectos que la bandola expone al servicio del formato.

Adenda.
Quiero agradecer a Andrés Gómez, administrador del blog Tiple Colgado, por su mención de Colombia Folcrónica como uno de los nuevos espacios de difusión de las músicas colombianas. Reitero mi comentario hecho en su blog sobre que espacios como el de él permiten la formación de un público con conciencia crítica, conocedor de sus músicas y con sentido de pertenencia… Larga vida a estos espacios y gracias a los visitantes regulares (y los no regulares) a este blog.



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