miércoles, 25 de marzo de 2015

Mi grupo, mi música: mi empresa (segunda entrega)

Foto: Archivo página oficial 
El Cuatro es un grupo de música llanera que con una propuesta que vincula elementos del pop y del rock viene trabajando desde septiembre de 2011. En esta entrevista, Guillermo Diaz, vocalista y miembro fundador del grupo habla sobre cómo llegó a esta propuesta, cuál es la relación con sus seguidores, cuáles son los medios de financiación, entre otros temas. 

Esta es la segunda entrega del ciclo "Mi grupo, mi música: mi empresa". El registro de esta entrevista se realizó el 17 de febrero en la sede de El Toke, Salas de Ensayo en el barrio La Castellana de la ciudad de Bogotá D.C.

En diez días publicaré la tercera y última entrevista de la serie con el grupo Velo de Oza. Por ahora los invito a disfrutar de  esta entrevista a El Cuatro




Entrevista a El Cuatro  

John J. Osorio V. ¿Cómo fue el proceso de integrar las músicas del llano con otras músicas?

Guillermo Díaz. Básicamente fue un encuentro con la raíz que desde pequeños mi hermano y yo tuvimos por haber compartido y tocado tantas veces con mi papá (Beco Díaz), de haber vivido en el llano. Tocamos muchísimo joropo durante nuestra niñez; una música que escuchamos toda nuestra vida y [Sic] al habernos venido para Bogotá a estudiar música… Yo tuve combos de rock and roll en el colegio y el joropo lo tenía como para cuando estaba con mi papá: para tocar, igual mi hermano. Ambos nos vinimos para la universidad a estudiar jazz, con toda la herencia del rock and roll que teníamos encima, tocando con artistas de pop, tocando como guitarristas o productores de pop. Cuando muere mi papá como que nos pusimos a mirar la vaina como: cojamos todas las músicas que hacemos y que nos gustan y hagamos algo con todo eso. Primero fue como esa idea filantrópica de gocemos con toda esa música que nos gusta, no excluyamos alguna. De ahí en adelante obviamente empieza todo el trabajo teórico, técnico y de investigación para lograr hacer que congenien bien, mirar qué patrones sirven y qué patrones no sirven, cómo jugamos con la armonía. Una cosa que nos gusta mucho a nosotros es coger los golpes tradicionales y hacerles rearmonizaciones para que sean menos sistemáticos, cíclicos, como son en el joropo; utilizando acordes en inversión como se utilizan en el pop para que todo fluya como una masa sonora, como funciona el pop; aparte de eso los riff rockeros  y la comunicación que viene mucho del jazz, guardando obviamente la composición poética tradicional como se hace en el llano: octosílabos, décimas. Y todo eso como mirando a ver qué sirve de cada género y cómo combina mejor con lo del otro género. Por ejemplo el (compás) 6/4 del blues y del soul nos ha servido mucho para jugar con la onda nueva venezolana y por ahí nos vamos metiendo también al joropo. De esas cositas nos fuimos dando cuenta a medida que íbamos componiendo, escribiendo e investigando sobre cómo hacer las fusiones.

J.J.O.V. ¿Esta propuesta responde a una necesidad de la música llanera, o es una necesidad propia?

G.D. Toda la música que he hecho, y digamos la mayoría de música que he trabajado con mi hermano durante toda mi vida, la hemos hecho más por una necesidad propia que por una necesidad de algo en específico. Sin embargo, el resultado musical ya nos pone a pensar en una necesidad de evolución que de alguna manera vemos que tiene el joropo. Desde los setenta para acá se viene tocando y grabando igual, las variaciones han sido muy pocas; las variaciones han sido más a nivel técnico porque los músicos han subido de nivel o hay instrumentos mejor construido pero estructural, armónica y melódicamente sigue siendo igualito a como se grababa en los setenta. De alguna manera nosotros creíamos que podíamos a hacer un aporte diferente,  darle otro enfoque y de alguna manera ampliar el espectro de público que tiene el joropo. Meterlo a la ciudad,  a la urbe,  a la montaña, meterlo donde generalmente las personas no escucharía música llanera por naturaleza. Eso fue una conclusión a la que llegamos ya cuando la música estaba hecha, no fue buscando eso.


J.J.O.V. ¿Hay una construcción de concepto como tal que integre la propuesta, o ustedes van llegando al concepto a partir de lo que van haciendo?   

G.D. Nosotros hace dos años grabamos un disco completo que nunca salió al mercado. Seguimos componiendo, ensayando; la banda cambio de integrantes y ese proceso hizo que el concepto sonoro madurara hacía cierto punto y en ese disco estaba madurando hacía otro que de pronto no nos gustaba tanto: un poco más del rock de los 90, más pop. Las nuevas canciones ya están madurando hacía un concepto de fusionar las músicas campesinas del llano, incluso la técnica bandolistica de la bandola manicella, con los elementos más rurales de la música norteamericana. Si el jazz, el rock and roll y el pop nacieron de una corriente que es más el country, el bluegrass, el blues;  entonces nos pusimos a jugar más: si estamos jugando con la música campesina de acá, pues vámonos a la música campesina de allá también y por ahí nos estamos yendo y por ahí nos gusta más. Hay muchas maneras de hacer fusión, hay mucha gente experimentando con la música llanera tanto en Colombia como en Venezuela. Hay algunos que cogen el rock and roll o el jazz o el pop o el punk o la música electrónica… De hecho hay djs en Venezuela que están haciendo cosas con el joropo. Nosotros nos decidimos por este lado. Es un concepto no de “esta es la fusión”, como lo que logró Carlos Vives donde la fusión de las músicas de las costas con pop y rock suena a Carlos Vives. Esta es la fusión que nosotros hacemos. Hay otras (personas) que están haciendo otras (fusiones) y es igual de valido. Este es nuestro concepto, no es un concepto general de fusión.

J.J.O.V. ¿Me podría dar tres referentes importantes para la banda?

G.D. Es innegable para nosotros la influencia de mi papá: Beco Díaz, tanto como productor como cuatrista de concierto porque nos gusta mucho acompañar con el cuatro de una forma bastante melódica. Por un lado él, por otro lado Cachi Ortegón en la forma de escribir, digamos que ha sido una influencia súper fuerte para mí a la hora de escribir letras. John Mayer, Jimi Hendrix, El Cholo Valderrama, Mumford and Sons, Norah Jones, Soda Estéreo… No sé. Muchas cosas escuchamos para meternos en este concepto. El tratamiento de las guitarras es muy bluesero, muy hacía la onda de (Jimi) Hendrix, John Mayer, Stevie Ray Vaughan. Pero a veces hacemos muchos delays, muy abiertos pensando como en las guitarras que hacía (Gustavo) Cerati. Hay de todo, eso es un sancocho tremendo.

J.J.O.V.  A qué público va dirigida la propuesta.

G.D. Nosotros nunca fuimos conscientes de a qué público se lo queríamos vender… Vamos a hacer música y ver qué pasa. Dijo una vez Chespirito que un artista no debe crear arte para su público sino crear un público para su arte. 

Cuando terminamos de hacer música y montamos la primera cosa que fueron unas sesiones en vivo que hicimos en un estudio de grabación; obviamente usamos Google Analitycs para ver qué segmento de la población era la que más se estaba gozando el video, cuántos likes había. Uno puede medir cuánto tiempo duran viendo el video, si lo vieron completo, si no lo vieron completo y así ver los rangos de edades, los lugares de Colombia específicos. Y nos dimos cuenta que al público que más le interesa esta onda es al adulto contemporáneo citadino, que le gusta la fusión, que también escucha a Juan Pablo Vega, Monsieur Periné, Chocquibtown, (Carlos) Vives; no tanto los que escuchan (Andrés) Cepeda, no tanto los que escuchan netamente folclor. Una onda como los hípsters, adulto, contemporáneo con poder adquisitivo entre 22 y 40 años, más o menos.

J.J.O.V. ¿Cómo se da la relación con el público?

G.D. La banda es muy joven. La banda no tiene dos años de formada, o bueno, dos años de estar al público, desde que se la lanzó lo primero para que el público lo escuchara. No hemos hecho un manejo de prensa tradicional todavía, lo vamos a hacer para el lanzamiento del disco. Nos hemos enfocado casi que exclusivamente en redes sociales. Es muy chévere porque uno descubre exactamente qué es lo que le gusta a la gente y nos damos cuenta que les gusta porque le gusta (la propuesta) y no por quién lo pone, que es lo que pasa cuando la gente escucha radio tradicional: usted prende el radio y escucha lo que le están poniendo. En redes sociales escuchan lo que decidieron escuchar, sea en Deezer, Spotify; o comprando la canción en iTunes; es porque ellos van a El Cuatro. Mostramos una propuesta y empieza a viralizarse, la gente empieza a ir y hacer clicks, a reproducir los videos. Al tener la posibilidad de saber quiénes son los que están viendo el video porque vemos los likes de Facebook, podemos establecer una relación supremamente directa con la gente. Por qué le gusta, qué tal le parece, es una cosa chévere porque se hacen incluso vínculos, relaciones de amistad con la gente.

J.J.O.V. ¿Cómo es la relación con los círculos tradicionales?

G.D. Yo estaba muy asustado en el momento en que salió la música sobre todo con los viejos folcloristas ─No suelo utilizar la palabra folclorista porque, no sé, musicológicamente no está muy adecuada─. ¡A la gente que toca y hace música tradicional! Yo tenía mucho miedo y fíjese que no. La respuesta fue súper bonita. Desde Cholo (Valderrama) para  abajo todos admirando la música, valorándola, encontrándole su onda. Obviamente hay críticas y han sido unas críticas constructivas muy bonitas que nos han ayudado mucho a mejorar el concepto. Pensé que nos iba a ir peor. Sé que igual si en algún momento tocamos en Maní o Paz de Ariporo de pronto habrá gente que no le va a gustar… Eso pasa.

J.J.O.V. ¿Cuáles son los canales de distribución de su música?

G.D. En este momento estamos solamente en distribución digital: iTunes, Spotify, Deezer; reproducciones de Yotube; Facebook y Twitter. Cuando salga el disco ya estará en físico y toda la cosa.

J.J.O.V. ¿Cómo financian las inversiones de los videos, del book de fotos, EPK?

G.D. Hasta el momento: ahorros y camello. El trabajo de músico de sesión y como productor tanto Andrés, como yo y el resto de la banda; poniendo de nuestra parte, y shows. Estamos en un proceso en el que llevamos un año tocando y todo lo que ganamos en los shows se va para el disco o para los videos.

J.J.O.V. ¿Cuántos conciertos en promedio tuvieron en el último semestre?

G.D. En el último semestre tocamos bastante. Más o menos tuvimos dos por mes.
  
J.J.O.V. ¿Cuántos de esos conciertos fueron pagos? ¿Todos?

G.D. Sí, en todos nos fue bien. Ya llegó un momento en que empezamos a llenar. Eso nos llamó la atención, fue muy bonito. Y lo más bonito fue que el último concierto que hicimos fue lleno total y no conocíamos a nadie de los que fueron, no había ni un amigo.

J.J.O.V. ¿Qué alianzas han logrado ustedes para consolidar la propuesta de El Cuatro?

G.D. Alianzas como tal no hemos logrado ninguna. Nosotros hemos tocado muchas puertas tanto en fundaciones privadas, públicas, en el Ministerio (de Cultura) pero hasta el momento no hemos logrado ninguna alianza como tal. Hemos logrado cosas puntuales como por ejemplo el trabajo que logramos hacer en el (Festival) Latinoamérica de Concierto con Germán (Darío Pérez). Germán es un gran amigo y de paso estratégicamente ha funcionado mucho para la difusión de la banda. La Fundación Bandolitis intentó hacer algo por nosotros, como conseguir algunas fechas de shows pero por cosas políticas no nos funcionó mucho la relación con ellos. Es difícil porque no lo conocen a uno, desconfían y las roscas son supremamente fuertes. A mí me han llamado confirmándome fechas, luego me dicen que no hay plata y luego llevan a otro que si es amigo de la organizadora, cosas así.  Creo que la alianza más fuerte que podemos tener es con la gente que le gusta la música. Esa es la alianza porque es la gente que compra los discos y va a los conciertos.

J.J.O.V. Dentro de la música llanera hay unas formas de asumir la escena ¿Cómo la asumen ustedes?

G.D. Como de alguna manera nuestro público no es un público que escucha joropos, que va a parrandos ─digamos que la distribución en los pueblos del llano no ha sido mucha─. En este momento estamos enfocados en el público bogotano y mirando para afuera, para Suramérica. Entonces lo miramos desde una perspectiva muy pop, de alguna manera. Estamos tocando en bares de pop, en bares de rock and roll; buscando escenarios de música alternativa y no tanto folclórica. El último concierto fue en Smokin Molly que es un bar de rock and roll. Tocamos en La Hamburgueseria, que es un bar de rock and roll. Estamos buscando ese público, ese público nos gusta y a ellos les gusta la música y por ahí es más bonito conseguir shows por las condiciones para tocar, las tarimas son mucho mejores, las condiciones económicas son mejores que tocar aquí en Bogotá (porque) no hay posibilidad de hacer una escena llanera; los asaderos pagan 30 mil pesos la noche, ¡entonces no! Es difícil.

J.J.O.V. ¿Cree usted que el mercado nacional es insuficiente para una propuesta como esta? ¿Hay que buscar afuera?

G.D. Yo no creo que sea insuficiente, es incipiente más bien: está empezando. Si de alguna manera estamos buscando por fuera es primero para aumentar la difusión a la gente de afuera. En Europa, sobretodo, y en Suramérica les gusta muchísimo la propuesta del país que tiene raíz, eso lo ha demostrado los premios y las giras gente como Cimarrón, Chocquibtown, Monsieur Periné, que tienen raíz. Es mucho más fácil ir a hacer una gira tocando algo de folclor que ir tocando metal o pop. El mercado colombiano es limitado en la medida que está empezando hasta ahora pero nos gusta mucho el mercado colombiano y es una cosa a la que siempre queremos apuntarle. La gente le cree muy poco a las propuestas que no  han salido. Uno puede tocar en tres bares a tres personas pero en Barcelona y entonces uno llega aquí y dice que hizo gira por Europa y las fundaciones y el Ministerio ahí si le empiezan a parar bolas [Sic].



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