Pentagrama Latinoamericano.
Pentagrama Latinoamericano. Foto archivo personal de Samuel Fierro |
Antes de empezar el ensayo Oscar levanta la mirada. A su izquierda está Manuel Ruiz, guitarrista; más allá está Daniel Torres, guitarrista; a su derecha está Jaime Barbosa, tiplista; frente a él estaba Julio Roberto, bandola y director; Oscar ve a un joven con una bandola en su mano: Carlos Renán Gonzáles es su nombre. El grupo lo completan 2 bandolistas más, dos cantantes y un contrabajista.
─Estos son sus papeles─ dice Jaime Barbosa y le entrega una voluminosa carpeta con todos los segundos tiples que Oscar debe tocar.
─Vamos a empezar ─dice Julio Roberto─. Para el concierto que tenemos va…
─ ¿Concierto? ─pregunta Oscar.
─Ah, sí, es que en un mes tenemos concierto ─contesta Julio e indica al resto del grupo─. Bueno, toquemos Joyeles.
Oscar busca en la carpeta que Jaime le acaba de dar la partiura y cuando la extiende se da cuenta que son cuatro hojas. “¡Cuatro hojas! Yo era un estudiante de licenciatura en música en 1990 que tenía apenas siete meses de estar leyendo tiple en serio, porque todo lo anterior yo lo hacía de oreja. Ellos se sabían eso hacia rato […] A mi me tocó aprenderme un concierto en un mes al lado de Pentagrama Latinoamericano”, recuerda Oscar.
Pentagrama Latinoamericano aparece en el panorama de la música andina colombiana bajo la iniciativa de Julio Roberto Gutiérrez, cellista y ex integrante de la Estudiantina Bochica, que después de la desaparición de esta última decide convocar a algunos ex integrantes de la estudiantina para retomar actividades. Este grupo le permite a Oscar un acercamiento distinto a la música y al tiple. “Yo ─afirma Oscar─ reconozco a Jaime (Barbosa) como uno de los tiplistas que más me enseñó sin querer: Jaime tenía un estilo muy distinto a lo que yo conocía. Jaime era el tiplista bogotano y yo era el tiplista santandereano aprendido por tradición. Él tenía todas las particularidades del tiplista académico […] Yo le aprendí muchas cosas: su forma de hacer el tremolo, su manera de guajear que era radicalmente diferente a la mía. (De esa forma) uno va sacando conclusiones para el futuro”.
En los años en que Oscar estuvo con Pentagrama Latinoamericano tuvo contacto, indirecto y a veces directo, con los jóvenes compositores de la época que posteriormente aportarían obras importantes para la música andina colombiana; todo esto gracias a que Pentagrama Latinoamericano era el grupo que tocaba las obras inéditas en el Concurso Nacional Jorge Villamil Cordobés, en Neiva. “Yo tengo la felicidad de haber sido quién estrenó Ancestro y Manitas de Plomo de Germán Darío Pérez. Por ese concurso pasaron los compositores del futuro”, recuerda Oscar.
A Pamplona llegan las noticias de Oscar y sus presentaciones por muchos lugares de Colombia, de sus primeros puestos en concursos como el Festival Nacional del Pasillo Colombiano en Zipaquirá ─concurso que ya no existe─(ver foto en la parte superior derecha). Concurso que le da la posibilidad de conocer a Fabián Gallón, quien con agrado ve que él no es el único tiplista solista, pues en una tertulia ve tocar a Oscar piezas de tiple solista.
“Durante esta corta etapa musical junto a Oscar Santafé ─cuenta Samuel Fierro, bandolista de Pentagrama Latinoamericano en los últimos años de la agrupacon─, tuvimos la oportunidad de compartir estudio y conciertos al lado de excelentes músicos, como los maestros Gutiérrez (Julio Roberto y José), el tenor José Luis Ortiz, el percusionista Alfonso "El Cucharo" Garzón, Carlos Renán González, Daniel Torres, Manuel Ruiz, Jaime Barbosa y Mauricio Parra”. Pentagrama Latinoamericano se acabó ─como agrupación grande porque pasó a ser un quinteto─ por deserción de sus integrantes no sin antes dejar sentadas las bases de una nueva agrupación: El Sexteto de Cámara Colombiano.
No fueron dos tríos pegados (Sexteto de Cámara Colombiano).
Sexteto de Cámara Colombiano. |
Surge la posibilidad, no de hacer la fusión de dos tríos, sino de dos bandolas, dos tiples y dos guitarras, pero que cada uno tuviera su función de papel importante, cuenta Ricardo Mendoza. Vicente Niño, había salido a decir que eso no iba a funcionar porque eso iba a ser dos tríos pegados, cuenta Oscar. Pero qué hacer para que dos bandolas, dos tiples y dos guitarras no sonaran a dos tríos pegados. Esta es la historia.
En un día de agosto de 1994 ─no es precisa la fecha─ Julio Roberto espera a sus compañeros de Pentagrama Latinoamericano para una grabación; él ha logrado conseguir los estudios de grabación de Colcultura ─que estaban ubicados donde hoy es el Museo Botero─ para ese trabajo. Tras la deserción de algunos de los integrantes, Julio Roberto decide llamar a jóvenes que ocupen estas plazas. A Pentagrama Latinoamericano llegaron: Omar Beltran, guitarrista, Mauricio Rodriguez, tiplista, Ricardo Mendoza, bandolista, quienes ese día estaban con él a la espera de los demás integrantes. Después de una larga espera, Julio Roberto, de mal genio por la espera y al ver que su grupo no estaba completo, se va. “Todos se fueron y nos quedamos los pollos, mirándonos ─cuenta Oscar─, entonces Omar dijo: camine y nos tomamos algo. Bajamos a la tienda que queda en la esquina detrás de La Catedral (Primada de Colombia). Ahí hay un par de tiendas, una en la esquina, y otra que tiene un segundo piso enchapado en madera, ahí nos sentamos. En medio de la tragedia del asunto, (algunos dijeron): Ahora qué hacemos, Julio Roberto renunció, se acabó esto. Dice Mauricio: y nosotros no alcanzamos a dar ni un concierto. Entonces dijo Carlos Renán: hagamos un grupo nosotros, de los jovencitos”. Rápidamente hacen un inventario de los que están y notan que hay dos bandolistas, dos tiplistas y un guitarrista, entonces deciden llamar a otra persona que haga el papel de la otra guitarra y nace el Sexteto de Cámara Colombiano.
El panorama sin embargo no era fácil y lo sabían, sonar diferente al trabajo que venía haciendo Nogal junto a los grupos que nacieron de él: Cuatro Palos, Trío Ancestro, no era sencillo. La idea musical era clara: los roles de cada instrumento no podían ser los mismos. “Las adaptaciones nosotros siempre las hicimos con base a que, en el caso de las bandolas, no se llamaran bandola uno y bandola dos, sino bandola uno y bandola A, para tener la idea de que ni la bandola A era más importante que la bandola uno y viceversa. Cada papel era importante en el sexteto, tanto así que eso era a veces un inconveniente porque si faltaba uno no se podía hacer nada”, cuenta Ricardo Mendoza.
Al grupo se integra tiempo después Edwin Guevara como guitarrista y así empiezan labores oficialmente. “El primer concierto completo que dio el Sexteto de Cámara ─cuenta Oscar─, fue en el Auditorio Pablo VI de la Universidad Javeriana. Ese día estaba sentado en primera fila Vicente Niño; nosotros dimos la primera parte del concierto e íbamos a empezar la segunda parte y él (Vicente Niño) se montó y cogió el micrófono y dijo: yo quiero disculparme con estos muchachos. Todos hicimos cara de como de qué pasó con este man. Quiero disculparme porque yo dije que eso no iba a funcionar, que eso iba a sonar como dos tríos pegados y ellos hoy nos están demostrando que eso es mentira, que tienen una propuesta muy seria y además de disculparme, quiero felicitarlos”, este acontecimiento disparó la popularidad del sexteto.
Sexteto de Cámara Colombiano en España. |
Con tres ensayos semanales, el sexteto consolidó su propuesta y con esto vinieron los concursos. Mono Núñez en 1995 y 1997, en las dos ocasiones siendo finalistas al Gran Premio Mono Núñez. Pero lo más significativo fue su viaje a España, más exactamente al Festival de Plectros de la Rioja en 1999, en donde tuvieron oportunidad de hacer otros conciertos como el ofrecido en El Liceo Cervantes, Fundación Santillana, entre otros, y conseguir recursos para el disco que serviría como testigo de todo este proceso (Ir a Audio 1 al final de la crónica).
El Sexteto de Cámara Colombiano termina labores después de la partida de Edwin Guevara a Barcelona a finales de 1999, dejando en la memoria de la música andina colombiana un trabajo único desde las adaptaciones, de un repertorio no sólo colombiano sino latinoamericano y un uso diferente de los instrumentos: bandola, tiple y guitarra.
Oscar y el naciente movimiento del tiple solista.
Paralelo a todo el trabajo de Pentagrama Latinoamericano y El Sexteto de Cámara Colombiano, Oscar continúa su trabajo en la idea del tiple solista. Es así que empieza a participar en algunos concursos que le permiten conocer a otros tiplistas que hacen lo mismo que él.
“Yo ─cuenta Oscar─, como tiple solista, había logrado ser finalista en el Festival del Pasillo en Aguadas (Caldas). Había participado en el 92 en el festival de interpretación Anselmo Duran Plazas en Neiva. En el 92 me conocí con El ‘Negro’ Parra y con Juan Pablo Hernández, que era el otro genio del asunto. En ese concurso, ese año, como cosa extraña, en la modalidad de solista instrumental participamos cuatro: un guitarrista y tres tiplistas; participamos: Juan Pablo Hernández, Fabián Gallón, Oscar Santafé y el guitarrista no me acuerdo el nombre. De primero quedó Juan Pablo, de segundo quedó Fabián y de tercero quedé yo".
Gracias a este encuentro empezó una relación de amistad que lograría unir los esfuerzos de estos intérpretes que estaban trabajando por el tiple solista. “Después me vine a enterar ─dice Oscar─ que había otros personajes cercanos al El ‘Negro’ Parra en término de generaciones que trabajaban el tiple solista: Javier Gomez Noriega en Santander, Chucho Mosquera en Cali…”.
Oscar siguió su camino por los festivales llevando su idea de tiple solo. “En el 93 ─cuenta Oscar─ organizaron un concurso nacional de tiple solista en Bucaramanga y yo me fui a participar. Allá estaba Fabián (Gallón), Javier Gómez, en el momento de los primeros reconocimientos en términos de, oiga estamos haciendo lo mismo, no estamos tan solos”.
Trío Instrumental Nueva Granada.
En junio de 1997 Oscar recibe una llamada; del otro lado de la línea un joven se presenta como requintista, él (el requintista) quiere formar un trío y quiere que Oscar Santafé sea el tiplista. Venga a mi casa y hablamos, responde Oscar. Luego de esta charla Oscar y Fredy Rivera (el requintista) acuerda empezar a trabajar en la idea de un trío junto a Juan Carlos Landeazabal, guitarrista que había convocado Fredy. Es así como en ese año nace el Trío Instrumental Nueva Granada.
“El Trío Nueva Granada se fundó en junio de 1997 ─cuenta Oscar─, y ese año, en agosto, nos fuimos para El Festival del Pasillo en Aguadas (Caldas), y le pegamos, ganamos en la modalidad de tríos. Entonces dijimos: ve, la vaina funciona”.
Oscar, aunque con la alegría de haber ganado con Nueva Granada, tenía claro que sus compromisos con el sexteto eran muy importantes y le deparaba tiempo que no le podía invertir al proyecto del trío. Cuando en 1999 el sexteto “termina labores”, Oscar decide enfocar todas sus energías al proyecto del trío. Lo primero que hacen es grabar un disco Ecos de Colombia (2001), y con él, concursar en el Festival Mono Núñez. El disco mostraba un repertorio, que en su gran mayoría, había sido adaptado para el trío por Oscar (Ir a Audio 2 al final de la crónica). En el 2002, en Ginebra (Valle) ganaron el premio a mejor trío instrumental y su disco fue un éxito.
El Trío Instrumental Nueva Granada sigue cosechando reconocimientos a los que se suman el primer puesto en la modalidad de intérpretes del Festival de la Rumba Criolla Emilio Sierra en Fusagasugá y el galardón a Mejor Obra Inédita Instrumental en el Encuentro Nacional de Tríos en Popayán. Después de todo esto, sale al público el segundo trabajo del trío Ni más, ni menos (2004) trabajo en su totalidad patrocinado (musicalmente hablando) por Fernando León.
“Un día ─cuenta Oscar─, con el primer disco en la mano, nos invitaron al Festival Antología de la Música Colombiana en Paipa, y ese año el homenaje era para El Chino (Fernando león), aprovechando las circunstancias aprovechamos y le regalamos el disc, y Fredy le fue diciendo: maestro León, usted cuánto cobra por un arreglo para nosotros. El Chino se quedó mirándonos y nos dijo: espere y escucho”. Esa noche Fernando León se fue a escuchar el disco y a la mañana siguiente les prometió un tema adaptado por él para el trío. Un mes después el trio estaba tocando Margarita, de Emilio Murillo. En un periodo aproximado de cuatro meses, Fernando León aportó al trío cerca de 15 temas. Sin embargo, surgió un problema, el primer orden del requinto que al estar a una octava de diferencia del segundo orden el fraseo se rompía para ciertas ideas que tenía Fernando León.
“Un día, en casa de Alberto Paredes, estaba El Chino y Vicente Niño […] y dijo el Chino, es que ese requinto… Fredy cansado con el primer orden, entonces dijo Vicente Niño: por qué no hacemos, ahora si en serio, lo que habíamos pensado de subirle el primer orden a la octava. Y dijo Fredy: sí, me interesa la idea, hagámoslo. Y dijo Alberto Paredes: yo por ahí tengo unos diseños, hagámosle”. Es así como se construye un requinto con el primer orden a una octava por encima del tradicional y el sonido del trío se amplió armónicamente y así pudieron abordar otro repertorio menos tradicional. El trío se acaba en 2007 luego de dar conciertos por los principales escenarios del país, de dos discos y de un trabajo que le permitió a Oscar esbozar sus primeras obras que a hoy ejecuta con otras agrupaciones.
Ando tipleando.
Carátula del disco Ando Tipleando. |
“Empiezo a notar que mis estudiantes en la Universidad Pedagógica Nacional están tocando los arreglos que yo toco pero no tienen una referencia auditiva de dónde agarrarse más de lo que yo toco, y me gano el Concurso de Composición de Cortiple con las Dos pequeñas piezas para tiple solista y alguien me escribe: dónde las escucho”, cuenta Oscar. La necesidad de un trabajo que diera cuenta de su trabajo de tiple solista no existe; imagina entonces un recorrido “desde los primeros momentos con Enerith Núñez hasta las dos pequeñas piezas para tiple solista” y así nace Ando tipleando en 2007.
Oscar se encuentra con Mauricio Rangel, quién en ese momento empieza un proyecto de estudio de grabación y está buscando personas que graben con él, y empiezan el proceso de grabación del disco, que reunirá a personas como Lucas Saboya quien colaboró con Oscar en la grabación de una versión de Los Doce de Álvaro Romero y que tocarían en dueto.
“Ando tipleando es decir: di el primer paso y fue un paso con la seguridad de estar cimentando el hecho de que yo soy profesor de tiple y que mis estudiantes se van a convertir en tiplistas profesionales, y decir ‘tiplistas profesionales’ muy a pesar de mi papá en 1987 eso es un logro muy importante”, afirma Oscar. Ando tipleando se convierte en un referente importante para los tiplistas y uno de los trabajos más sobresalientes en cuanto a tiple solista se refiere.
Oscar y sus procesos de formación en la Universidad Pedagógica.
Instrumentación de la Orquesta Típica de la UPN. |
Bogotá, Colombia, miércoles 28 de septiembre de 2011. Sentado en la cafetería de la sede de El Nogal de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). En esa universidad, en donde en el segundo semestre 2003, es contratado para ejecutar el proyecto que hoy se conoce como Orquesta Tipica de la UPN, “un proyecto para abrirle espacio al estudio de las expresiones musicales andina”. Oscar va terminando el relato de lo que hasta hoy ha sido su vida por la música.
Con ocho estudiantes comenzó para Oscar su trabajo como director de la Estudiantina de la UPN ─así se llamó en principio─. El grupo fue creciendo y paralelo a este proceso se volvió a abrir la cátedra de tiple que había sido suspendido años atrás después de que Mauricio Lozano terminara su programa de pregrado y que ahora Oscar tendría a su cargo dándole continuidad a un proceso que empezó con él.
La estudiantina, como la veía Oscar, debería ser un espacio para la capacitación de sus alumnos en la adaptación de repertorio, el conocimiento de los instrumentos: tiple, bandola y guitarra, y la formación de nuevas agrupaciones. Fue gracias a esto que nacieron grupos como El Sexteto Contrastes, Trío un, dos, tres por mi, entre otro, pero el proyecto más visible fue La Cofradia. Esta agrupación reunió a los fundadores de la estudiantina para mostrar la culminación de un proceso, con adaptaciones hechas por ellos mismos y con la idea de ir a concursar para poner el proyecto en las vitrinas de los más importantes festivales del país. Y es con esta agrupación que Oscar obtiene el premio Pacho Benavides al mejor tiplista del Festival Mono Núñez de 2007. Cuatro años después de su fundación La Cofradia se acaba.
En la actualidad Oscar viene realizando un trabajo con William Henao y Laura Bohorquez en Único Trío (Ir a Audio 3 al final de la crónica), además, realiza otros trabajos, tal es el caso del dueto de tiples con Cindy Gomez que los ha llevado a Argentina al Primer Festival de Charango o el dueto que vocal instrumental con Paula Fajardo. Sus colaboraciones para agrupaciones como CantArte a voz, con el cual ganó en la modalidad de obra inédita del Concurso Nacional de Duetos Ciudad de Cajicá con su danza Podría ser, en 2009. Y su infatigable tarea como formador de nuevos tiplistas reunidos en el Colectivo de tiples de la UPN, y del encuentro de tiplistas realizado cada año en las instalaciones de dicha universidad.
Conclusiones.
“Creo que él (Oscar Santafé) se ha consolidado como uno de los principales preservadores del tiple, a través de su trabajo pedagógico-académico. Él es un hacedor de tiplistas, y eso es muy importante dentro de la cadena de actores del tiple. Así como es muy importante en la cadena del tiple quien los construye, quien lo interpreta, quien reconstruye su historia, quien compone,.etc., pues, también es de suma importancia quien enseña, quien hace tiplistas a través de un proceso formativo formal como el que ha logrado sostener y consolidar Oscar. Es un gran logro para Colombia contar con un programa de música superior que acredite a los tiplistas, gracias, indudablemente, al esfuerzo de Oscar Orlando Santafé”. Juan Pablo Hernández, tiplista tolimense
“Considero que está aproximación de Oscar a la música andina colombiana, más su disciplina, talento y dedicación fueron fundamentales para que él llegará a ser un excelente músico, pedagogo e instrumentista, como años después lo comprobamos con su Único Trío y el trabajo de dirección de la Orquesta de Típica de la Universidad Pedagógica y los diversos trabajos que ha desarrollado en los últimos 20 años”, Samuel Fierro, director de la Estudiantina Colombia y compañero de Oscar en Pentagrama Latinoamericano.
"Siempre tiene que haber una persona que empiece esa labor titánica de sacar un instrumento, ya sea de manera solista, de un instrumento que pueda hacer otro tipo de música y Oscar ha hecho una labor muy importante al realizar los encuentros de tiple. Se le ha metido mucho al tema del tiple solista, junto con Oriol Caro o Mauricio Rodríguez, pero Oscar ahora es el que está liderando el gremio de los tiplistas […] Esto hace que hoy en día vayan saliendo más tiplistas, que más personas se vayan interesando por el instrumento”, Ricardo Mendoza, bandolista de la Orquesta Colombiana de Bandolas y compañero de Oscar en el Sexteto de Cámara Colombiano
Agradecimientos.
Luego de incontables horas de realización de esta crónica no puedo terminar este proceso sin agradecer a algunas personas que permitieron que esto fuera una realidad. En primer lugar a Oscar Santafé y su disposición desde el primer momento para la realización de esta crónica. A Ricardo Mendoza por el tiempo para la entrevista que me ayudó a recrear la vida de El Sexteto de Cámara Colombiano. A Samuel Fierro que de nuevo se hace participe con sus comentarios en una crónica, por su disposición siempre desinteresada para mis trabajos y a Juan Pablo Hernández, quien desde la distancia, hizo su aporte.
Audios.
1. Chau Paris, de Astor Piazola, interpretado por el Sexteto de Cámara Colombiano.
2. Estudio de Pasillo, de Oriol Rangel, interpretado por El Trío Instrumental Nueva Granada.
3. La guitarra de Mamá, de Oscar Santafé interpretado por Único Trío.