viernes, 20 de enero de 2012

Los músicos se unen en torno a la vida y la tierra.

Con el nombre de Canciones de amor por la vida y la tierra, un grupo de músicos convoca a sus colegas para que con sus canciones ayuden a despertar conciencia sobre los terribles efectos de la explotación minera en Colombia. “Aquí en el Tolima los planes de explotación son siniestros, pero igual ocurre en muchas otras zonas del país. La idea es crear conciencia sobre este tema realmente vital y ante la responsabilidad que tenemos con el agua y los bosques como real riqueza y como garantía de vida para las generaciones futuras”, dice Jorge Humberto Jiménez, cantautor tolimense y quién hace parte del grupo de músicos que impulsa la convocatoria.

La convocatoria está abierta para todas las músicas y todos los géneros. “No se trata de un concurso ni expectativas de premios. Lo que se quiere es que retumben las voces de la sensibilidad y de la expresión de la gente frente a la codicia, el consumo desaforado, la contaminación y la creencia de que la mayor riqueza humana es el oro y el dinero”, explican los organizadores en su blog.

Algunos cantautores de la música andina colombiana ─como Gustavo Adolfo Rengifo─ han manifestado su intención de participar en la convocatoria,

En Colombia Folcrónica compartimos el pensamiento de los organizadores de esta convocatoria cuando dicen: “Tenemos la convicción de que las canciones tienen el poder de crear modos de sentir, de pensar y de actuar en el colectivo social”. 

Para obtener toda la información de la convocatoria pueden dar click aquí.

Video.
Cerro Lindo, canción de Jorge Humberto Jimenez en interpretación de Niyireth Alarcón.





miércoles, 18 de enero de 2012

OÍ prepara maletas para Cosquin.

Foto cortesía de la Fundación Salvi. 
Después de su participación en el VI Festival de Música de Cartagena, OÍ se prepara para su presentación en el Festival Nacional de Folclore en Cosquin, Argentina, el próximo 23 de enero. Hablamos con Juan Consuegra, cantante de esta agrupación, sobre estos y otros temas:



John J. Osorio: Se  volvió costumbre que el Festival Internacional de Música de Cartagena tenga en su programación un grupo de música colombiana. Esta es la primera vez que hay un grupo vocal de la región andina. ¿Cómo fu esta experiencia?

Juan Consuegra: Fue maravilloso, fue único. Creo que es inolvidable la experiencia musical y como experiencia en general. Y, sí, como bien lo dices… Bueno, había estado Marta Gómez en el año anterior, pero claro, ella tiene un espectro más amplio; hizo músicas de Perú, Argentina, Latinoamérica; hizo chacareras, valses criollos, en fin, un repertorio más amplio  de lo que es Latinoamérica y música del mundo en general. Nosotros estamos concentrados en el tema andino colombiano. La experiencia fue muy bella, pues representa dos cosas: uno, mostrar el trabajo propio de OÍ y también mostrar algo del folclore para un público que no es tan cercano. Estamos hablando de un público de los festivales en general. Es atreverse a cantar bambucos al lado de ellos, es un sueño realizado, exótico y de otro lado conectarse con otro público. Además implica compartir con gente de otras latitudes, de otro folclore. Es un encuentro muy especial.

J. J. O.: Juan, aún hay personas que no los conocen muy bien. ¿Qué es y qué hace OÍ?

J. C.: OÍ hace música andina colombiana como técnicamente se denomina al género que comprende los ritmos autóctonos de la región andina de Colombia. OÍ busca conectarse con nuevos públicos; le apuesta a la formación de públicos. Quiere que las nuevas generaciones se interesen o volteen a mirar a un género que por diversas razones, de paradigmas que se han creado alrededor, perciben esta música como aburrida, de viejitos o que eso era lo que cantaba el abuelo. Es una manera de hacerle un homenaje a todos esos antecesores de nuestra música andina colombiana pero refrescándola a través de una propuesta sonora más cotidiana, quizá más desparpajada, desenfadada, “desacartonada”,  qué sé yo; hablando de cosas que nos pasan, cotidianas. Por ejemplo: el abrazo, que en una canción le hacemos una oda a esa manifestación de afecto entre los seres humanos, en un mundo en que a hay un síndrome de miedo al afecto, al roce, al abrazo, así es como el folclore entonces se vuelve un vestido de ese contar historias  de lo cotidiano, de lo humano.

Hay otra canción de OÍ que habla del ser, de la persona, de estar parado frente a una ventana sin más paisaje que la luna o una estrella perdida por ahí en el firmamento, a oscuras, en la absoluta soledad. Otra de una niña pequeña (ir a audio al final de la entrevista), de cómo cambia y transforma el mundo cotidiano de un papá que llega con el día a cuestas y la autoestima en el piso y que al abrir la puerta de su casa todo cambia a partir de ese mundo de colores que ofrece los niños.

Es hablar de lo humano que somos a través del bambuco, del pasillo, de la guabina.

J. J. O.: Ustedes cargan con el rotulo de hacer un bambuco “joven”, fresco. ¿Cómo ve todas las manifestaciones de los jóvenes con respecto a esta música?

Foto cortesía de la Fundación Salvi.
J. C.: Es importantísimo. Como siempre lo hemos dicho y lo reiteramos: no somos los únicos haciendo esto, gracias a Dios. Hay una inquietud generalizada de los jóvenes músicos de la actualidad, tanto de la academia como de otros espacios, que confluyen en esa inquietud grande de acercar estos géneros, transformarlos; hacer producciones tranquilamente sin que riñan con lo demás. Cuando digo lo demás es fundamentalmente con el purismo o con la tradición. Creo que la música es un ente vivo que evoluciona como todo en el universo. Así que no se escapa de ello la música andina colombiana, entonces es importantísimo que existan, que afloren estas manifestaciones y qué rico contarse en una de ellas desde ya.

J. J. O.: Se viene Cosquin. ¿Cómo se prepara OÍ para este festival que sin duda es uno de los más importantes de América?

J. C.: Esta catalogado como el festival de folclore más importante de Latinoamérica. Los argentinos han estado muy interesados en entender el folclore, en darle relevancia y la visibilidad que merece y no escatiman en nada. Es mi primera vez, yo nunca he estado, Lucho (Luis Hermida) y Faber (Grajales), mis compañeros en OÍ, tampoco.

Al parecer  es algo muy importante. Allá han estado artista de la talla de Mercedes Sosa y todos los grandes folcloristas del sur han tenido que ver con Cosquin y es muy bueno estar allá.

J. J. O.: ¿Qué sigue después de Cosquin? Ustedes están moviendo una producción discográfica. ¿Qué más viene para OÍ?

J. C.: Nosotros estamos, como se dice en buen criollo, sacándole juguito al disco, a nuestro segundo trabajo que es OÍ2. Y desde ya estamos pensando en una tercera producción. No puedo adelantar mucho porque queremos que sea una sorpresa. Esa sorpresa  hace parte de la magia, de todo el cariño y todo el amor con que hacemos música andina colombiana.

Es un género que en nuestro mercado siempre ha estado relegado a ciertos espacios y es muy poco visible, nosotros con todo nuestro cariño, porque en eso nacimos y ojalá moramos, queremos estar y persistir para darle toda la seriedad que merece desde nuestro lenguaje muy particular de tocar con camiseta, con algunos prestamos del pop, si se quiere llamar así; eso suscita polémicas, comentarios, pero es un estilo, es uno más dentro de toda esa coexistencia hermosa que permite la música. Y como decía hace un rato: no somos los únicos, pero si queremos ser únicos y ser un aporte puntual a todo este espectro gigante que tiene nuestro folclore.


OÍ es una de las agrupaciones más importantes de la música vocal de la región andina colombiana que viene consolidado su trabajo gracias a una “propuesta urbana, fresca y cálida de sus canciones, de su sonoridad, de sus letras y de su puesta en escena divertida, sobria y espontánea”.

Juan Consuegra (voz), Faber Grajales (tiple y voz) y Luis Hermida (Guitarra y voz) conforman este grupo que cuenta en su palmares con 17 premios nacionales e importantes conciertos al lado de artistas de la talla de Joaquín Sabina.

En la actualidad promocionan su segundo trabajo discográfico llamado OÍ2 que contiene 12 temas, 10 de los cuales son autoría de sus integrantes.

Audio.
Al caer el sol, es un bambuco de Luis Herminda y que está incluido en el trabajo OÍ2. Fue grabado en vivo en el Auditorio Pablo VI de la Universidad Javeriana.